¿Nuevas o antiguas maneras de gestionar lo común en la Sierra Norte de Madrid?

El sábado 21 de abril madrugamos para estar a las 9 de la mañana en Atocha. Allá nos esperaba un autobús con el que llegaríamos en algo más de una hora a Berzosa de Lozoya.

La Sierra Norte

Cuando en el paisaje empezaban a vislumbrarse montañas, David Pérez nos ayudó a situarnos geográfica e históricamente en lo que se ha llamado sierra pobre de Madrid.

David es informático y ha participado en gran diversidad de proyectos colectivos en la sierra norte en los últimos 10 años. Su recorrido alcanza desde proyectos que tratan de garantizar la accesibilidad de la población rural a las tecnologías, específicamente con software libre hasta proyectos más cercanos a la producción tradicional con ganadería ecológica de ovejas y cabras.

Nos acercamos a una sierra más seca que otras zonas cercanas, por lo que sus posibilidades productivas son más limitadas. Por ello, esta zona ha sido especialmente sensible a macropolíticas relacionadas con la gestión forestal, hidrográfica o de subvenciones que favorecen determinados cultivos o tipos de ganadería frente a otros. Más recientemente el boom del ladrillo ha generado importantes movimientos en la calificación del terreno y en muchos pueblos se han vivido importantes conflictos entre sectores de población con intereses enfrentados. Los concejos abiertos, formas de autogobierno asamblearias, legales cuando los municipios tienen menos de 100 habitantes han prácticamente desaparecido, en algunos casos por un incremento artificioso del número de empadronamientos, cuando las cifras de habitantes no variaban.

Llegamos a Berzosa de Lozoya y qué mejor que un café de media mañana para desperezarse tras el bus, ir conociéndonos y comentar todo lo que David nos había contado.

Agua y huertos

Tras el desayuno, Sonia Loaysa, que vivió y cultivó un huerto en Berzosa de Lozoya durante algunos años, nos acompañó hasta los antiguos lavaderos del pueblo.

Sonia es bióloga y vive en la sierra norte de Madrid desde hace más de una década. Dedicada de lleno a la práctica y teoría de la agroecología y la cosmética natural, durante un tiempo formó parte de La Legona, un proyecto de producción agrícola de autoconsumo en la sierra. Actualmente forma parte de la asociación La Troje, que trabaja por un modelo de gestión campesino de los recursos fitogenéticos.

Hasta el lavadero, llegan las aguas canalizadas de tres manantiales. El agua se embalsa en una alberca que hasta hace un par de años estaba descubierta. En la foto podéis vernos escuchando a Sonia justo encima.

Los vecinos de Berzosa se reunían un fin de semana al inicio del verano para limpiar el estanque y se repartían las suertes de riego.

La canalización del agua atraviesa todo el pueblo. En algunos puntos estratégicos, levantando la tapa de lo que parecen alcantarillas, podemos ver las compuertas que permiten dirigir el agua a los distintos huertos. Cuando toca regar tu huerto, «diriges» el agua desde el huerto del turno anterior hasta el que tu cultivas.

Para ello se utilizan, además de las compuertas metálicas, trapos, maderas o plásticos intentando maximizar en cada turno de riego la cantidad de agua que llega al huerto. Al final, la disposición de los bancales debe asegurar que todas las zonas plantadas reciban la cantidad de líquido necesario.

El agua que no llega a los huertos no se pierde, su recorrido termina en algunos pastos que hay situados en la parte más baja de Berzosa.

 

Leña y pastos

Volvemos al autobús donde David y Sonia nos siguen contando cosas interesantes mientras nos acercamos a El Berrueco. Aunque no habíamos hecho grandes esfuerzos 🙂 un bocata o un cafecillo siempre sientan bien. Un rato después, caminábamos por la dehesa comunal de El Berrueco.


Oscar Pérez Llorente estudió veterinaria y ha pasado varios años trabajando en la cooperativa agroecológica de Los Apisquillos, que distribuye productos de origen animal en una red de cooperativas de consumo en Madrid. Allí trabajó con ganado menor, en horticultura y trabajos forestales. Más tarde trabajó los huertos de La Legona, además de organizar y distribuir las cestas de consumo. Ahora mismo forma parte de La Troje, donde se encarga entre otras cosas de la producción de plantel y de alimentos de la huerta.

En la zona que se ha podado este año, antes de finalizar febrero, Óscar nos explicó el funcionamiento de esta dehesa que suministra leña para las chimeneas de veinte casas del pueblo y donde pasta vacuno durante seis meses al año.

Las zonas de donde se extrae madera rotan cada invierno. Los árboles de la zona elegida son marcados con un número que corresponde a cada una de las suertes. Se denominan así, igual que en el caso de los turnos de riego, por que se reparten por sorteo y de esta manera el azar puede determinar la facilidad o dificultad o la cantidad de leña que se pueda sacar. Sin embargo, se intentan repartir los árboles de manera equitativa formando lotes que compensen árboles pequeños con otros más grandes.

Cuando vives en El Berrueco, puedes solicitar una suerte. Debes pagar 20€ de los que, si realizas de manera correcta la poda y la limpieza de los restos de la misma, te devolverán 14€. El tipo de tala que se lleva a cabo se tiene que hacer antes del inicio de la primavera en la que los brotes no han aparecido y se pueden quemar los restos que no se usan para leña junto a la zona de poda. Este tipo de uso permite además del suministro de madera la aparición de hierba que sirve de pasto para el ganado, que no se daría con el crecimiento natural de los fresnos.

Cada año una pareja formada por un forestal y un habitante de El Berrueco recorre la dehesa para decidir qué zona y qué árboles serán podados ese año. En algunas ocasiones se originan conflictos entre los criterios de ambos colectivos.

En pequeños corros dimos cuenta de las diversidades gastronómicas… hasta que las nubes, que habían aguantado durante toda la mañana, soltaron algunas gotas que nos levantaron justo cuando habíamos terminado.

 

Semillas y conocimiento

Nos acercamos al local de la asociación La Troje para tomarnos un café con pastas y escuchar a Laura Aceituno, una de sus fundadoras.

Laura lleva lleva años investigando sobre los recursos etnobotánicos de la sierra norte, lugar donde centró su tesis doctoral sobre este tema. Compatibiliza su labor científica con el desarrollo de un modelo para la gestión eficaz de los recursos comunes fitogenéticos en la zona.

Laura nos contó la importancia de la recuperación de las especies endémicas hortícolas y frutícolas de la sierra, un trabajo que requiere, además de la recogida y almacenaje de las semillas, recopilar los conocimientos básicos de cultivo que a estas se asocian, ya que hay especies más resistentes a la sequía, a las heladas, que requieren más o menos agua, etc.

La Troje se dedica a recoger ambos tipos de recursos, las semillas vivas, que clasifica y conserva en condiciones óptimas y los saberes, intangibles e igual de imprescindibles para mantener vivas las distintas especies.

 

Tecnologías y agroecología

Además de los objetivos y trayectoria de la asociación, durante el café conocimos a Javier, ingeniero agrónomo, que diseñó su proyecto de fin de carrera con una explotación de doscientas cabras en extensivo ecológico. Tras los estudios montó una empresa de informática en la que ha estado trabajando varios años desarrollando software orientado a sistemas en tiempo real. Actualmente participa en una cooperativa agroecológica donde se encarga de un rebaño de cabras y con el que está desarrollando un sistema de seguimiento por GPS del que nos contó detalles.

Tras el café, volvimos a tomar el autobús para ir al invernadero de la Troje. En el trayecto, Javier compartió otro de sus proyectos: el desarrollo de un sistema informático para la gestión de pedidos de los grupos de consumo facilitando la comunicación entre productores y consumidores.

Tras la tertulia en el local-oficina de la Troje, continuamos ruta hacia el invernadero de la asociación, donde ésta produce plantel a partir de las variedades locales de semillas y de las nuevas aportaciones al registro fitogenético de la zona.

Inesperadamente, desde Perales de Tajuña aparecieron varios compañeros de un grupo de productores de verdura para grupos de consumo ecológico que andan enfrascados en la gestión de un banco vivo de semillas en dicha localidad. Se sumaron a la visita y aportaron sus puntos de vista.

Ya en el invernadero Laura, Sonia y Óscar nos explicaron sus rutinas de trabajo, cómo se organizan y los problemas a los que se enfrentan en el día a día con las manos en la tierra.

Vimos el sustrato orgánico que emplean, el sistema de riego por goteo que han implementado y la manta térmica con la que cubren el plantel los días fríos. Pudimos observar una gran variedad de plantitas que crecen bajo los plásticos que incluyen desde especies hortícolas, aromáticas, medicinales y otras acompañantes y protectoras para el cultivo de huertos en ecológico.

Algunas referencias para ampliar la información

Web de la asociación La Troje: http://www.lastrojeras.info
La tesis de Laura Aceituno: Estudio etnobotánico y agroecológico de la Sierra Norte de Madrid.
Artículo en la Senda Norte de la Asociación La Troje: http://www.sendanorte.es/spip.php?article1987&var_recherche=troje