Descubriendo el comercio creativo y barrios en transformación en Madrid


El domingo 12 de diciembre madrugamos para encaminarnos al corazón de la ciudad y descubrir el centro histórico con otra mirada. Tras un cafecito rápido en el bar donde habíamos quedado y unas rápidas presentaciones, nos acercamos al Taller Puntera, en la Plaza Conde de Barajas 4, donde conocimos a Luis Alonso, artesano en piel y dueño del taller.

Luis nos acogió en su taller compartiendo con nosotr@s ideas y cuestiones tan dispares como de donde surge la idea emprendedora, cómo se organiza el trabajo en el taller, las fases del proceso productivo, su sostenibilidad ecológica, la viabilidad del proyecto, la relación con proveedores, clientes y redes de apoyo, las consecuencias de la globalización y la necesidad o no de tener marca.

Nos despedimos de Luis y del agradable olor a piel de su taller para atender a Concepción Piñeiro,  ambientóloga y experta en enfoque de género, consumo responsable y sostenibilidad que nos relataría cómo surgen y qué son las derivas como metodología de investigación.

Había llegado la hora de jugar y nos metimos en el papel de un grupo de investigadores con una misión. Nos dividimos en grupos, cada uno de los cuales debía jugar a investigar desde una mirada concreta la ciudad y nos encaminamos hacia el histórico barrio de Malasaña, también llamado Maravillas o Universidad. Las normas del juego estaban claras; derivar en grupo, fotografiar con nuestros móviles los comercios que pudieran reflejar la transformación del barrio, enviar esa información a “la central” y dejarnos llevar por las calles del barrio y lo que llamase nuestra atención.

Las personas que participaban en la deriva nos enviaban sus fotografías a través de correo electrónico o de mms. La información que debían acompañar era la localización y el nombre del comercio fotografiado y datos o referencias que aclarasen por qué habían elegido esa imagen en sus investigación. Todo ello no debía superar los 160 caracteres de un mensaje  de texto.

Por ejemplo, esta fotografía es del grupo que investigaba la multicuralidad del barrio de Malasaña. Su código de grupo era ESCUE y su color el rojo. Con The Gimp, programa de software libre para edición de imágenes insertaríamos en el mapa un punto rojo con el número 30 en la dirección donde está este comercio. Este programa permite editar por capas, por lo que era posible ver el recorrido de cada uno de los grupos en su deriva por separado y también como en la imagen que incluimos, una visión conjunta. (Al exportar la imagen a jpg debe aplanarse y se convierte en una sola capa por lo que no podrás ver las capas por separado).

 

Y de esta manera fuimos conformando un mapa entre tod@s que se fue llenando de puntos que referenciaban comercios catalogados como significativos.

 

 

Por otro lado, también con gimp, redimensionábamos las fotos que nos llegaban para insertarlas en esta plantilla (realizada previamente) que clasificaba las imágenes por grupos de trabajo y que incluía la localización del comercio y la motivación para incluirlo.

A las 4 y media llegamos al punto de encuentro, el Espacio -1, local de una asociación cultural en la calle de la Palma. Mientras Marga y Eva terminaban de bajar las últimas fotos que iban llegando, nos tomamos unos cafés y tés calentitos que nos sentaron fenomenal. Ya habiendo entrado en calor estábamos dispuest@s a analizar toda la información.

Y tras un intenso día de conocer personas nuevas, aprender sobre comercios y maneras creativas de llevarlos a cabo, redescubrir Malasaña, pensar sobre los modelos de ciudad que deseamos para nuestros barrios, nos despedimos hasta la siguiente deriva. Antes, claro, recogimos el regalo de Taller Puntera que habíamos elegido sin saber qué eran. Éste, por ejemplo es un estuche para pinceles 😉