El sábado 13 de febrero organizamos el segundo Login_ del proyecto Login_MicroEmprendimiento_entre_mujeres para investigar las especificidades del microemprendimiento social urbano practicado entre mujeres de la ciudad de Madrid. En esta segunda sesión nos hacemos algunas preguntas sobre cómo construir relaciones confiables y duraderas y a la vez dinámicas y flexibles.
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La Manual. A medio camino entre el salón de tu casa y tu propia tienda o taller
La Manual es un espacio de coworking para artistas y artesanos en el barrio de Malasaña (Madrid). Es un local de planta baja, de tamaño mediano, muy cuidado y muy acogedor. Nos reciben Sandra y Zaloa, y nos explican cómo surgió esta iniciativa.
Sandra y Zaloa se conocían y habían trabajado juntas. En un encuentro casual, en 2012, conversan sobre las dificultades de encontrar un espacio de coworking para actividades que generan ruido, olores fuertes o polvo. Zaloa, en esos momentos, junto con otra amiga está poniendo en marcha un proyecto artesano: Altrapo Lab.
Altrapo Lab es un laboratorio de reciclaje textil creativo para recuperar el valor de la ropa y aprender a coser de manera intuitiva y creativa. Surge con el propósito de aunar el consumo responsable y la moda sostenible a través del reciclaje textil creativo. A falta de un local más idóneo, inician la actividad en una habitación que les cede un familiar en su piso. Por su parte, Sandra también baraja poner en marcha algún proyecto artesano. Quiere un espacio creativo, donde los proyectos artesanos encuentren un ambiente relajado e inspirador.
De ese encuentro casual, de la confianza mutua y de la convicción de que hay escasez de este tipo de espacios, de que son necesarios y de que ambas forman un buen equipo, surge La Manual.
Su principal motivación no es el negocio, sino ofrecer un recurso y un servicio a personas que se dedican a la artesanía (joyería, cuero, lana, artes aplicadas…) desde una perspectiva profesional, así como enriquecer y nutrir sus propios proyectos personales (para Zaloa, Altrapo Lab; para Sandra, un proyecto todavía por determinar). “Tener alguien con quien empezar te da fuerza y es más rico”.
Estabilidad y dinamismo
La Manual es un espacio dinámico, en el que es importante que haya un flujo de gente. Las relaciones han de ir cambiando. Y la configuración física del espacio (dónde pongo esta mesa, dónde esta estantería) es totalmente modular para permitir esta movilidad. Los reajustes son continuos. La estancia media de las y los “coworkers” (habitantes de La Manual) es de un año. A veces se van porque sus proyectos no salen adelante. Otras veces se van porque han crecido y dan el salto a su propio espacio.
Hablan de La Manual como una casa creativa en la que solo hay dos normas: la primera es que el espacio está abierto las veinticuatro horas del día, ya que cada cual tiene sus horarios y sus momentos de inspiración. La segunda es que la única llave es la de la puerta de la calle. Los espacios interiores no tienen llave. Eso fomenta la confianza y la co-implicación en el espacio compartido.
El balance que hacen, después de cuatro años de funcionamiento, es desigual. En lo económico, los resultados son muy justitos. El proyecto ha conseguido cubrir todos los gastos, sin embargo la dedicación que exige en la gestión y coordinación se sostiene a través de una media jornada que no siempre cubre el trabajo que conlleva. Por otro lado, Malasaña es un barrio gentrificado y el metro cuadrado es muy caro. Han pensado trasladarse, ya que esto abarataría mucho los costes, sin embargo lo han desechado porque la mayoría de coworkers valoran mucho poder ir caminando al taller. Esta carestía implica que deben irse actividades que requieren más espacio físico. Entre ellas, la actividad textil, que precisa mesas grandes para las actividades de patronaje, corte, etc.
Uno de los proyectos “expulsados” es el propio Altrapo Lab. Durante estos cuatro años Altrapo Lab se ha desarrollado en La Manual y ha aportando mucho valor. Pero el proyecto ha crecido, necesita más espacio y se va a mudar a un coworking más barato.
En lo personal, Sandra es quien ha dedicado media jornada a impulsar la Manual. Explica que eso ha restado fuerzas a sus proyectos personales, que no ha podido desarrollar como esperaba. Es difícil balancear el tiempo entre dos proyectos, la gestión de La Manual le ha absorbido mucha energía, y no ha podido despegar ningún proyecto personal. Ahora planea irse fuera, emigrar a otro país. Una amiga le ofrece trabajo, siente que La Manual ya le ha dado todo lo que podía darle y está contenta con el cambio de etapa.
La Manual, por tanto, perderá a sus dos iniciadoras. Van a traspasar la gestión del espacio a otro grupo. Son conscientes de que va a haber un cambio de identidad. No lo lamentan.
A pesar de esos balances desiguales, entre ellas se mantiene la amistad y la confianza. Durante toda la conversación flota la idea de flujo, transformaciones, procesos… La Manual, en sus propias palabras, es una lanzadera, un espacio intermedio entre trabajar en tu piso y dar el salto a tener tu propia tienda o taller.
En el debate se comenta cómo los proyectos que crecen y salen adelante podrían aportar algún tipo de retorno al espacio que les ayudó a forjarse (a veces debilitando su propia economía), para crear un flujo de retornos lo más extenso posible, que conecte lo nuevo balbuceante con lo más estable o consolidado, en una espiral de apoyo mutuo.
La evolución de los proyectos, los cambios, los retornos a las personas y espacios que nos sostienen cuando nacemos acompañan las conversaciones durante la comida. Bocadillos de tortilla de patata y fresas alimentan nuestros cuerpos mientras los cerebros siguen rulando. Caminando, volvemos casi al punto de inicio del recorrido, en el Paseo de las Acacias nos espera otro proyecto y café e infusiones calentitas para entrar en calor, en el Colaboratorio.
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